Estos dispositivos están diseñados para localizar objetos, no personas. Para ello, utilizan una tecnología llamada de banda ultraancha o UWB, y un chip Apple U1 que activa esta tecnología de búsqueda precisa. La información de localización se envía de forma cifrada para mantener la privacidad.
Además de esto, los AirTags son resistentes al agua, pudiéndose sumergir hasta un metro durante 30 minutos. Su batería tiene una duración de un año aproximadamente, y usa una pila de botón para que sea fácil de cambiar. Además, tiene un chip NFC para que si te encuentras un objeto perdido con AirTag, puedas escanearlo con tu smartphone iPhone o Android y ver a quién pertenece.